viernes, 9 de noviembre de 2007

Surfeando en las nubes

ELPAÍS.com (4 de noviembre de 2007)

Son casi una secta. Y cada vez hay más. Los observadores de nubes no se paran en gastos o molestias para satisfacer su pasión. Como la de Gavin Pretor-Pinney, fundador de la Cloud Appreciation Society, autor de la 'Guía del observador de nubes', que Salamandra publicará próximamente

Hace unos años, estaba pasando el rato mirando las fotos de un libro de nubes (lo que supongo que, para el observador, es el equivalente de leer la revista Heat), cuando me encontré con la fotografía de una nube distinta a cuantas había visto hasta entonces. La foto aérea mostraba una nube baja larga y lisa, con forma de tubo, que parecía un rollo blanco de merengue y se extendía de una punta a la otra del horizonte, con cielos despejados por delante y por detrás. Se había formado sobre un terreno de aspecto exótico con ríos tortuosos y manglares. Sabía que se la clasificaría como una "nube ola", una formación particular del género estratocúmulos, pero me pareció casi demasiado sublime para agruparla con cualquiera de las nubes corrientes. El realidad, el pie de foto explicaba que tenía un nombre propio, la Gloria Matutina, que "transmite la sensación de euforia que su paso produce".

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