CONSUMER EROSKI (31 de agosto de 20008)
Saber qué hacer y a dónde dirigirse resulta vital para ahorrarse problemas posteriores
Quien haya vivido la experiencia de perder la cartera, o peor aún, de que se la hayan robado, lo recuerda. Más allá del susto inicial y la rabia por no haber tomado tal o cual precaución, lo más engorroso viene después. Tras tener que dar por perdido el efectivo que contuviera la billetera, comienza el maremágnum burocrático para volver a proveerse de toda la documentación extraviada y de la que no es posible prescindir. Saber qué hacer y a dónde dirigirse en situaciones como ésta resulta vital para ahorrarse problemas posteriores.
sábado, 1 de noviembre de 2008
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