El Cuaderno de Saramago (24 de octubre de 2008)
Nos preguntaba el maestro, también a él mismo, cómo se explica que haya aflorado tan rápidamente el dinero para rescatar los bancos y, sin necesidad de calificativos, si ese dinero habría aparecido con la misma rapidez de haberse solicitado para solucionar una emergencia en África, o para combatir el sida…
No era necesario esperar mucho para intuir la respuesta. La economía, sí, podemos salvarla, no el ser humano, ése que debería ser la prioridad absoluta, sea quien sea, esté donde esté. José Luis Sampedro es un gran humanista, un ejemplo de lucidez.
El mundo, al contrario de lo que a veces se dice, no está desierto de gente merecedora, como él, de que le prestemos toda nuestra atención.
Y hagamos lo que él nos dice: intervenir, intervenir, intervenir.
Lo que me gustaría ver a los dos juntos...
miércoles, 12 de noviembre de 2008
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